“La vida es una obra de teatro que no permite ensayos... Por eso, canta, ríe, baila, llora y vive intensamente cada momento de tu vida... Antes que el telón baje y la obra termine sin aplausos”. Charles Chaplin
"El teatro no es más que vida intensamente vivida”, decía Stalivnasky. Una afirmación que comparten de una manera u otra gran cantidad de dramaturgos y actores de su época, desde Bertol Brecht a Charles Chaplin, y que en nuestro tiempo calará en prestigiosos directores y escritores como Peter Brook o Augusto Boal. Todos ellos con un denominador común: su pasión por la interpretación y su forma de entender el arte escénico como un espejo de la sociedad, y más allá acaso como un mazazo sobre la conciencia de los espectadores e incluso como un medio para transformar la realidad.
Desde estas premisas imparto los talleres de teatro en la casa de acogida de la ONG con la que colaboro, una casa que alberga a víctimas de la VFS.
Debido a las características de mis alumnos y, que en la mayoría de los casos, por no decir todos, nunca han tenido un acercamiento al teatro, primero trabajamos a través de juegos porque en cierto sentido la vida también es un juego (¿O acaso nuestras acciones son algo más que castillos que construimos en la arena y que una vez realizados son arrasados por las olas para darnos de nuevo la oportunidad de volver a hacer una creación aún más majestuosa?...) Juegos que, no obstante, tienen una finalidad concreta, ya sea potenciar la atención, la memoria, la capacidad de reacción, desarrollar las habilidades personales y sociales, etc.
Apenas llevamos siete sesiones y mis alumnos han mejorado notablemente su capacidad de comunicación y expresión (por poner un ejemplo al principio no se atrevían ni a mirarse fijamente, ¿y qué decir del contacto físico?...hablaban casi susurrando, etc, y sin embargo ya estas trabas han quedado atrás. Además, cada vez les gusta más recitar y me piden que les lleve textos para leer en voz alta (por el momento hemos leído poemas de Antonio Machado, Lorca, Miguel Hernández, San Juan de la Cruz, Santa Teresa…)
Mi reto es que poco a poco el teatro vaya ayudándoles a transformar su realidad, y que al final vean sus vidas como una increíble obra de teatro que apenas empiezan a escribir y a interpretar, pues como decía Charles Chaplin
“La vida es una obra de teatro que no permite ensayos... Por eso, canta, ríe, baila, llora y vive intensamente cada momento de tu vida... Antes que el telón baje y la obra termine sin aplausos”.
M.Moya
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